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jueves, 18 de junio de 2015

La arquitectura gótica en Europa. Urbanismo.

LA ARQUITECTURA GÓTICA EN EUROPA. URBANISMO.

1. CARACTERÍSTICAS.
Los grandes avances de la arquitectura.
Lenguaje expresivo.
Verticalidad.
Naturalismo.
Principales elementos constructivos.
Decoración.
Distinción entre la arquitectura religiosa y la civil y militar.
2. LAS ESCUELAS.
FRANCIA.
ITALIA.
ALEMANIA.
INGLATERRA.

3. URBANISMO.
3.1. LA CONCEPCIÓN DEL ESPACIO URBANO.
3.2. LA CIUDAD.
El desarrollo urbano.
Estructura de la ciudad.
EVOLUCIÓN.
Los diversos tipos de ciudad: clasificaciones.
La problemática de las ciudades de nueva creación: las bastidas francesas y galesas.
Ciudades regulares en la Península Ibérica.
La vivienda medieval.
EL JARDÍN MEDIEVAL.

1. ARQUITECTURA.
5.1. CARACTERÍSTICAS.
Los grandes avances de la arquitectura.
Si algo caracteriza plásticamente el espíritu gótico es su arquitectura. Igual que el siglo XVII puede considerarse el siglo de la Literatura, el XIX de la Música y el XX de la Imagen, el periodo gótico es ante todo ingeniería constructiva al servicio de una idea.
Nunca hasta entonces se avanzó tan impresionantemente ni se alcanzaron unos logros tan sorprendentes en el arte de edificar. En la arquitectura gótica quedaron planteados y resueltos todos los juegos de tensiones dinámicas que vuelven a resucitarse y a resolver en nuestro siglo XX, pero con otros materiales. La catedral es el edificio modelo, pero se desarrolla la arquitectura civil mucho más que en el románico (lonjas, palacios, ayuntamientos...), como resultado de la presencia dominante en la ciudad de dos poderes: religioso (Iglesia) y civil (Estado, burguesía urbana). Se integraban en la catedral todas las artes, la arquitectura y las artes plásticas, así como la música, la danza, el teatro y la poesía, que tenían en ella sus centros de actividad, para esta Ciudad Celeste (en la visión de San Juan Evangelista).

Un lenguaje expresivo.
No obstante, la importancia que merece la arquitectura gótica en la historia del hombre europeo no se debe sólo a sus increíbles avances técnicos sino al hecho de aceptarse plenamente como lenguaje expresivo. Efectivamente, nunca, salvo en la Antigüedad, un edificio había trascendido tanto como símbolo de una idea. Esa espiritualidad ansiosa de luz y con un permanente e inquieto anhelo de elevación que caracteriza el siglo XIII se traduce fielmente en la catedral gótica. Desde entonces será el símbolo, por antonomasia, del templo cristiano.

Verticalidad.
Hay que señalar, ante todo, que la catedral gótica es la línea vertical y esta línea invoca en el hombre una sensación de equilibrio inestable. Las catedrales estiran sus columnas y subrayan el verticalismo.

Naturalismo.
Otra de las grandes características de esta arquitectura es su naturalismo, es decir, su aprendizaje en la Naturaleza. El aspecto exterior es un trasunto claro de las ordenación interna. Esta ordenación interna parece inspirada en las nervaduras ligeras y resistentes de las plantas, y toda la teoría de arbotantes y contrafuertes parece haber sido sugerida por la observación de animales que soportan su pesado cuerpo sobre livianas y arqueadas patas.

Principales elementos constructivos.
Se mantiene en lo fundamental la planta románica de las iglesias-catedrales, con sus naves únicas, ahora convertidas en tres para conseguir mayor espacio, y de las iglesias de peregrinación, con tres o cinco naves, con la central más ancha, y una girola-deambulatorio con capillas radiales.
La gran genialidad del arquitecto del siglo XIII consiste en la utilización del arco apuntado y de la bóveda ojival. Con el primero desvía mejor los empujes oblicuos del arco, y con la segunda concentra los empujes en los cuatro extremos del tramo y con ello sólo le queda colocar ingeniosos soportes que trasladen estos empujes a tierra; estos soportes son el pilar baquetonado, el arbotante y el contrafuerte (o estribo). Otro elemento muy característico, el pináculo, contra lo que tantas veces se ha dicho, no tiene misión constructiva sino principalmente decorativa y expresiva.

Decoración.
Las características fundamentales de la decoración con artes plásticas de la arquitectura son una progresiva independencia, la decoración de tracería gótica y el naturalismo.
La decoración cambia radicalmente de signo. En ella podemos reconocer claramente lo que de naturalista tiene el arte gótico. La abstracción geométrica tan representativa de la ornamentación románica se torna aquí en elementos vegetales que se mueven en entera libertad.
Los primeros pilares son recios y de sección bien simple (cilíndrica, octogonal), sin embargo al ir progresando el estilo en el siglo XIII se multiplican las columnas adosadas, siendo sólo columnillas o baquetones que se prolongan sobre la cubierta, determinando los arcos del entramado. El conjunto pilar-cubierta da la impresión biológica de un tronco de árbol que se ramifica en su copa para crear la cubierta del templo.
Los capiteles van perdiendo importancia al ser mucho más altos ya no sirven como soporte iconográfico y tienden a desaparecer o a ser simplemente indicados por una pequeña moldura o una hoja de acanto.
Las bases de los pilares también evolucionan y de una primera disposición de molduras, que aún es románica, pasa a romperse en diferentes alturas, como ya será característico más tarde en los siglos XIV y XV.
Pero esto es compensado con los nuevos cierres del coro y los púlpitos, en piedra o madera, que permiten al escultor realizar grandes conjuntos figurativos, con fines didácticos, generalmente con temas del AT y NT.
En el exterior la decoración es ubérrima, con los conocidos conjuntos escultóricos en los portales (tímpano, jambas, parteluz). En la cumbre del edificio hay numerosos arbotantes, pináculos, gárgolas..., que cuentan con una ornamentación de tracería y motivos vegetales, zoomorfos o geométricos; aunque estos elementos tienen también una función constructiva, de equilibrio de las tensiones.
La pintura en el interior también evoluciona, pues al eliminarse los muros que sostenían las bóvedas van desapareciendo los frescos, reducidos a las paredes laterales del ábside y de las capillas, mientras que las proyecciones al exterior son abiertas con grandes vidrieras con temas religiosos, por las que entra la luz multicolor. Además, la gran altura de las bóvedas elimina las pinturas en estas.

Distinción entre la arquitectura religiosa y la civil y militar.
Hay una clara distinción entre la arquitectura religiosa y la civil y militar. La religiosa, que era la única verdaderamente monumental en el Románico, se especializa en las catedrales de las ciudades y las iglesias, de dimensiones en altura muy superiores a las del Románico, mientras que ahora, gracias al desarrollo de la sociedad civil, aparece una importante arquitectura civil en los ayuntamientos de las ciudades, en las lonjas de comercio y en las mansiones de los burgueses. Los castillos y las murallas son nuevamente las grandes obras militares, con unos avances técnicos notables.

2. LAS ESCUELAS.
FRANCIA.
La arquitectura gótica nace y se desarrolla en la Isla de Francia. Todos los esfuerzos y tanteos constructivos vienen a converger en la obra que el abad Suger dirige en la construcción de la vieja abadía carolingia de Saint-Denis, cerca de París, entre 1132 y 1144, cuando se consagra; esta iglesia ofrece de golpe todo el planteamiento claro y lógico de la estructura gótica [apunto que la restauración de Debret en el siglo XIX, con sólo una torre campanario en la derecha, mientras que queda truncada la de la izquierda, subvierte la concepción original]. A partir de aquí los progresos son claros y fácilmente identificables.


Los hitos que jalonaron los siguientes avances se realizaron en la segunda mitad del siglo XII: las catedrales de Sens, Noyon (1150), Laon y París (1160) y Chartres (1195). Naturalmente la altura es también progresiva, y de 22 metros para la nave central en Noyon se pasa a 32,5 metros en París. Todas ellas tienen en común la pervivencia de algunos rasgos románicos y la ordenación del espacio interior dividido en dos pisos. Sobre el triforio corre una pequeña galería que será sustituida más tarde por los arbotantes. Por otra parte la planta ofrece la característica de que en ella no sobresale demasiado el crucero y que este se va situando cada vez más hacia el centro.
La catedral de Chartres se edifica sobre la anterior, románica, que tras un incendio a fines del siglo XII (1195) sólo conserva la portada occidental del crucero y parte de los dos campanarios. Chartres subsiste como la catedral más famosa del periodo, conservando la reliquia de un vestido de la Virgen. Es la primera catedral que se libera de la galería superior para desplegar airosos arbotantes y en su interior desaparece la alternancia de pilares y columnas, sustituyéndolas por grandes pilares cilíndricos con haces de columnillas adosadas que se abren de un modo orgánico para distribuirse en las bóvedas. El conjunto es de una tremenda unidad vertical que induce a mirar al cielo. El rosetón del oeste está sobre el tímpano de la puerta principal, con Cristo como juez secular. Las columnas tienen estatuas de los antecesores judíos de Cristo en el AT (recordemos que David era antepasado suyo según el NT). El creyente estaba en una atmósfera de luz, con nervios y pilares que soportan los empujes de las bóvedas, aplicándolos a contrafuertes exteriores, sin necesidad de los gruesos (y costosos) muros del Románico. La arquitectura gótica es un juego de tensiones, mientras que la románica era como un bloque. Así pueden abrirse vidrieras, con sus juegos de figuras de colores. Los arbotantes externos, con sus pronunciados arcos, y los estribos, se recubren con figuras. El arquitecto planificaba minuciosamente las obras y los laberintos de estos templos son homenajes a estos arquitectos, gloriosos ya entonces, donde inscribían sus nombres.
La verticalidad y la luminosidad eran esenciales, por lo que se necesitaban contrafuertes, arbotantes, estribos, columnas delgadas...
El apogeo y la verdadera época clásica comienza con los logros de Chartres, pero se fija en la primera mitad del siglo XIII en las catedrales de Reims, Amiens y Beauvais. La catedral de Amiens es un intento de crear una máxima altura, como queriendo tocar el cielo (la bóveda tiene 42 metros de altura), pero el intento de construir una más alta en Beauvais fracasó al hundirse el cimborrio.
El planteamiento en todas ellas es parecido: el crucero, casi al centro, se continúa con una serie de capillas radiales, que circundan la girola o deambulatorio. Dos torres gemelas al modo normando flanquean la portada principal, que, a su vez, tiene tres grandes puertas correspondientes a las tres naves y que serán el marco ideal de magníficas esculturas religiosas. El esquema de las tres puertas se mantiene en los brazos del crucero, aunque no tan grandioso como el de la fachada principal. Una larga aguja se coloca sobre el cimborrio, destacando así el inequívoco deseo de ascensión de la espiritualidad gótica. En el interior la altura es creciente, alcanzando, como ya dijimos, la increíble altura de 51 metros en Beauvais, y la cada vez mayor ausencia de muros favorece el desarrollo de las maravillosas vidrieras, en lo que destaca la Sainte Chapelle en París, obra cumbre, con vidrieras que sustituyen por completo a los muros. Es una capilla real para guardar la corona de espinas de Cristo, con una bóveda dorada y unos vitrales inmensos, de portentosa riqueza iconográfica, con unas esculturas y ornamentos por todo el interior, lo que es una novedad que se extiende por el resto de los edificios góticos. Su atmósfera luminosa y espiritual es célebre.
A partir de la segunda mitad del siglo XIII, los avances serán escasos. Se abandonan las alturas excesivas, aunque no la carencia de muros. Se profundiza más en la decoración, desarrollándose, particularmente, los grandes rosetones y toda aquella decoración menuda y calada que desemboca en el gótico flamígero del siglo XV.
En los castillos hay las funciones de residencia del gobernante y de defensa; se adaptan a uso residencial en lo estético y funcional. Destacan el Chateau Gaillard, con torre de homenaje, y planta concéntrica, con varias murallas; el Castillo de Sully (junto al Loire) en un paso más en esta evolución a la residencia.
En los edificios civiles destaca en época tardía (h. 1450) el Hospital de Beaune o Hotel de Dieu (Dijon), un asilo de pobres, con su gran sala como una nave de iglesia, con el altar al fondo, para que todos los enfermos lo pudiesen ver constantemente (hay el retablo del Juicio Final de Van der Weyden); fue donado por el canciller Rolin, del duque de Borgoña.

ITALIA.
En Italia el arraigo del gótico es precario; la intensidad de la tradición clásica contribuye a recibir con recelo un estilo “bárbaro”, cuyas raíces estilísticas rompen, especialmente en arquitectura, con los legados de las civilizaciones mediterráneas; la bóveda de crucería y sus sistemas de distribución de pesos son considerados “herejías” por los constructores. Así pues en la arquitectura religiosa son escasos los intentos de dotar a las ciudades de monumentos-símbolos similares a las catedrales francesas o alemanas.
En cambio, la estructura política de ciudad-comuna, gobernada por una familia o un grupo de familias, contribuye a la aparición de programas edilicios en los que los edificios públicos, como las signorias, recogen las esencias góticas. Nota peculiar del gótico italiano será, en consecuencia, la importancia de la arquitectura civil, superior a otras naciones europeas, y la comparativamente escasa difusión de la arquitectura religiosa.
Del examen de las siguientes notas del gótico religioso italiano se deduce su parentesco con el románico:
-Clasicismo.
-Ausencia de arbotantes.
-Ventanales pequeños.
-Policromía.
-Importancia del gablete.
-Predominio de la horizontalidad.
La mayoría de los primeros autores son extranjeros, pero finalmente aparecen arquitectos italianos en el siglo XIII. Los dos monumentos que de manera más pura reflejan estos rasgos son las catedrales de Siena y Orvieto. En Florencia el escultor Arnolfo di Cambio levanta la catedral de Santa Maria dei Fiori, con una concepción que recuerda a las basílicas romanas, y probablemente a él se deba también la iglesia de Santa Croce de Florencia.
En la arquitectura civil destacan los focos de Toscana y Venecia, con los edificios de las signorias de Florencia y Siena, y los palacios venecianos del Dux y del Ca d'Oro.
Entre los palacios destacan: el Bargello en Florencia (1255), sede del Capitano del Popolo, con un carácter defensivo exterior y rica decoración interior; el Palacio de los Priores de Perugia, con el mismo carácter defensivo; el palacio del Ayuntamiento de Siena, con cuerpo central con dos alas y torre muy elevada con una loggia debajo; el Palacio Tolomei de Siena, con un bloque rectangular de cuatro pisos; el Palacio Viejo de Florencia, con funciones de Ayuntamiento; el Palacio Ducal de Venecia, el más lujoso con sus arquerías continuas, tres alas rodeando un patio porticado, y tres pisos, dedicados a vivienda, oficinas, salas de justicia, comercio...; el Palacio Ca d'Oro de Venecia, con arquerías góticas y vanos abiertos; el  Palacio Communale de Bolonia.
Abundan las loggias: casas de gremios de artesanos y comerciantes, con clara influencia de la arquitectura religiosa, que se adaptan a las necesidades comerciales gracias a sus galerías y salas de reunión.
El castillo de Castel del Monte (1240-1250), construido por Federico II en la Apulia, es de planta circular e influyó en el de Bellver en Palma de Mallorca.

ALEMANIA.
Destacan en el gótico alemán las cubiertas: bóveda estrellada y bóveda reticular. La verticalidad se concentra en las agujas, siendo el edificio muy compacto.
Las primeras construcciones son las catedrales de Limburgo y Bamberg. Siguen las grandes catedrales de Estrasburgo, Colonia y Friburgo, y la iglesia de Santa Isabel de Marburgo. La fachada de Friburgo se singulariza por su torre dominante, pues la torre calada (agujereada con motivos decorativos) es su mejor elemento, con una ornamentación de variados motivos geométricos.
En el siglo XV la prosperidad de las ciudades comerciales se refleja en las ricas iglesias de Núremberg (San Lorenzo), Augsburgo, Colonia, etc. Eran centros religiosos y funerarios a la vez, con realistas esculturas donadas por las familias burguesas.
En Alemania y Países Bajos hay ricas ciudades burguesas, que promueven edificios civiles como palacios, ayuntamientos, loggias, viviendas burguesas, edificios comerciales. En el sur de Alemania dominan los edificios en madera, y en el norte los de piedra.
Destacan el Ayuntamiento de Lübeck (1226), con una planta baja comercial y oficinas en los pisos superiores, en una estructura de pórtico, cuerpo central y dos alas; la Lonja de Paños de Ypres (1200-1304), de gran monumentalidad, en tres pisos, con pórticos, tejado inclinado y torre cuadrada con pináculos; el Ayuntamiento de Lovaina (1448-63) con un exterior de una decoración barroca y zócalo en el piso inferior; el Ayuntamiento de Brujas, de gran monumentalidad, pero sin funcionalidad; el Ayuntamiento de Münster, al parecer, de poca funcionalidad en la planta baja; el Ayuntamiento de Brunswick; la Casa de baile Güzenich en Colonia (1441-1447), con un piso inferior en piedra y un piso superior para celebraciones, en madera.
Las casas son elevadas y estrechas, con tejados en pendiente. El material de madera, con influencia de las casas rurales. Hay una función doble de vivienda y trabajo.
En cambio, en Brujas (una ciudad de canales) se advierte el cuidado de las fachadas escalonadas, con esculturas, relieves... y el material preferido es la piedra.
Hay numerosos castillos-residencias, con predominio de la función residencial. El Castillo de Marienburgo, de la Orden Teutónica (segunda mitad del siglo XIV) tiene un patio porticado (influencia monacal) con bóvedas con arcos en abanico. El castillo de Eltz, junto al Mosela, es de planta irregular.

INGLATERRA.
El gótico inglés se apoya en una intensa influencia de los modelos franceses, derivada de los vínculos dinásticos de la monarquía inglesa en Francia, pero pronto la arquitectura gótica inglesa va a seguir caminos propios hasta crear procedimientos totalmente originales dentro del gótico.
En Inglaterra se difundió el Gótico con grandes catedrales. Innovaron con bóvedas sorprendentes en sus extrañas formas (palmeras, etc.), con divisiones ornamentales en los muros. Las alturas no son excesivas y la arquitectura es fantasiosa.
Pueden distinguirse tres fases en su evolución:
- Primera fase. Época clásica del gótico o Early English (fines del siglo XII y siglo XIII). Se introducen en esta época todos los elementos de la arquitectura gótica francesa. Destacan las catedrales de Lincoln y York.
- Segunda fase. Época del gótico decorativo (siglo XIV): es un gótico decorativo u ornamental. Se multiplican los adornos de filigranas. Destaca la catedral de Ely y algunas partes de las catedrales de Gloucester y Wells.
- Tercera fase. Época del gótico perpendicular (último cuarto siglo XIV y siglo XV). Es el periodo de máxima originalidad. La luz y la altura de los edificios alcanzan su cénit. Pero el rasgo fundamental es la multiplicación de las bóvedas y de las trompas en forma de abanico colgante y desplegado, que dan a los interiores una apariencia fastuosa de lujo y fantasía. Son las grandes capillas construidas bajo patronato real: del Colegio Real de Cambridge, de San Jorge en Windsor, del Colegio de Eton, de Enrique VII en la abadía de Westminster.



3. URBANISMO.
3.1. LA CONCEPCIÓN DEL ESPACIO URBANO.
La urbe es un espacio de relación, de comercio, de política. Las ciudades son mucho más populosas, con mayores intercambios, lo que exige templos mucho mayores, grandes lonjas para el comercio, grandes ayuntamientos para la gestión de los asuntos municipales, plazas, etc. Pero en lo fundamental subsiste el planeamiento y la estructura irregular de la ciudad románica, con calles estrechas, insalubridad, etc.

3.2. LA CIUDAD.
El desarrollo urbano.
El fenómeno del crecimiento de las ciudades se debe a diversas causas:
- Económicas, como el aumento de la industria-artesanía, la necesidad de mejorar talleres y almacenes, la exigencia de mejores servicios y de afirmar simbólicamente los centros de poder, de la misma manera que se había destacado el castillo en el Románico.
- Culturales, ya que la ciudad debía actuar como escenario de acontecimientos y ceremoniales laicos (cortejos, torneos) y de ceremoniales religiosos (procesiones, conmemoraciones y representaciones teatrales).
- Políticas: muchas de estas ciudades gozarán de estatutos propios obtenidos por su oposición ser feudos de la nobleza, siendo utilizadas por los reyes en su lucha contra la nobleza feudal. Algunas, en su camino hacia la independencia, se apoyarán en la realeza, a la que pagarán impuestos, aunque a cambio conseguirán estar presentes en organismos de poder, como las Cortes. No obstante, llegaron a crear órganos de gobierno propio (Asamblea, consejo, alcalde, burgomaestre, dux) que les permitirán participar en la gestión urbana.

Estructura de la ciudad.
Con esta nueva concepción espacial, la estructura de la ciudad presenta rasgos innovadores:
- La división interna que arranca del Románico: calles estrechas y vinculadas con las actividades de sus habitantes; apiñamiento dentro de los muros, que propiciará la aparición de problemas higiénicos. Por eso se seguirán creando baños públicos y privados, se abrirán pozos y manantiales, se crearán hospitales y leproserias, y se instituirá, incluso, hasta la cuarentena para los viajeros.
- El deseo de dotar a la ciudad de normas urbanísticas y conviveciales: anchura y largura de casas y calles, horario de circulación de carros, protección del centro para evitar actividades ruidosas, malolientes, o el ejercicio de la prostitución.
- Interés por los espacios comunitarios y de expresión ciudadana. De los primeros, los más importantes son las plazas, lugares de intercambio entre las producciones del campo y la ciudad. Suelen ser rectangulares y de proporciones considerables; en ocasiones son centros religiosos (la plaza de la catedral) o centros civiles (la plaza del Ayuntamiento).
Los espacios de expresión ciudadana, entre ellos los Ayuntamientos, se conciben como órganos de participación y como lugares de afirmación autonómica ante el poder de la nobleza y los señores; las nuevas clases burguesas se volcarán en ellos y su belleza será comparable a la de las catedrales. Destacan los de Amberes, Múnich, Florencia, Siena...
Los espacios de expresión comercial no son generales, pero predominan en los Países Bajos y la costa mediterránea: son las lonjas, entre las que destacan la de Los Paños, en Brujas, o las del Levante español: Valencia, Mallorca, Barcelona, Tortosa... En la Corona de Aragón, se desarrollan también las atarazanas, expresión de la actividad económica y comercial.
- Evolución de los lugares residenciales: el castillo, sin descuidar su estructura defensiva, da paso al palacio, en el que se desarrollarán progresivamente los aposentos de comodidad y suntuosidad. Su función defensiva también se adapta a la evolución de las máquinas de asedio (torres circulares) y, ya en el siglo XV, a las armas de fuego.
Las residencias particulares de la Monarquía y el Papado se ubican en las ciudades; también las de la aristocracia y las de la gran burguesía. Serán la exteriorización visible del poderío económico. Ejemplo significativo es el palacio de los Dux, en Venecia.

EVOLUCIÓN.
Hay una continuidad clara con respecto al urbanismo altomedieval, con pocas creaciones de tipos ex novo, sino un crecimiento, un despertar, que va a ser muy lento.
Hacia el 1000 comienza a resurgir la economía, aumenta la población, hasta la crisis del siglo XIV, multiplicando el número y creciendo en población las ciudades en los puertos marítimos y fluviales, en los nudos de caminos, en lugares de fácil defensa al tiempo que se rodea de murallas. Por ejemplo, en Francia, entre 1220 y 1350, se crearon 300 bastidas y en Alemania, entre 1000 y 1400, se crearon 2.500 nuevas ciudades. Los príncipes protegieron especialmente a las ciudades, con el otorgamiento de franquicias, fueros, cartas puebla y otros instrumentos legales, porque de ellas conseguían los tributos en moneda y apoyo contra la nobleza.
Las ciudades eran oasis de libertad jurídica, en medio de un campo dominado por el sistema feudal con la institución de la servidumbre, cuya decadencia tiene a la ciudad como factor esencial, pues durante las crisis demográficas (como la Peste Negra), el descenso de la población obligó a los señores a disminuir su explotación sobre los campesinos para que no huyeran a las ciudades (Die Stadtluft macht Frei,  el aire de la ciudad hace libre). Pero al mismo tiempo las ciudades exigieron unas leyes mucho más estrictas, para mantener el orden público. Chueca considera la ciudad medieval como no aristocrática aunque los últimos estudios revelan que las urbes italianas y flamencas prosperaron en gran parte por la influencia de la aristocracia que se estableció en ellas.
Los monasterios, palacios carolingios y los castillos, a menudo construidos en o sobre núcleos de origen romano, serán los núcleos de las futuras poblaciones, de las que resurgirán las ciudades. Pequeños centros residenciales, un puente, un puerto de montaña, un vado sobre un río, etc., darán paso a pequeños pueblos que en algunos casos tendrán un éxito extraordinario con el transcurrir de los siglos.
En España se crean ciudades en el Camino de Santiago: Puente de la Reina, Briviesca.
En la abadía francesa del Mont Saint-Michel los pobladores se reúnen alrededor de ésta, mientras el abad se convierte en señor de la villa. En la nueva ciudad de Berlín (un caso excepcional al no ser una creación romana) un mercado en un cruce de caminos se convierte en una urbe.

Los diversos tipos de ciudad: clasificaciones.
Hay una variada tipología, según Piccinato: lineales, cruciales, en escuadra, nuclear, binuclear, en espina de pez, acrópolis, radioconcéntricas. Hay tantos tipos, realmente, como ciudades existentes. Sólo hay un modelo planificado, la bastida francesa, que era una plaza fuerte con trazado regular.
Las lineales como las del Camino de Santiago, con una calle (la Rua) en Estella, Logroño, Burgos, Castrogeriz.
Las cruciales, con dos calles cortadas ortogonalmente.
Las de escuadra.
Las nucleares, las más frecuentes en la Edad Media, formadas en torno a un foco, como una iglesia, catedral, monasterio, castillo.
Las binucleares, con dos focos que se unen más tarde.
Las de espina de pez, con una calle principal de la que salen calles paralelas en sentido oblicuo.
Las acrópolis, sobre una colina.
Las radioconcéntricas fueron muy numerosas en toda Europa porque el recinto circular o elíptico era de mejor defensa. Ejemplos son Pamplona y Vitoria en España, Luvignano en Italia.
Dickinson reduce estos tipos a tres: irregular (el común), radioconcéntrico y regular.

La problemática de las ciudades de nueva creación: las bastidas francesas y galesas.
Las bastidas es el término francés para las ciudades de nueva planta planificada, que son llamadas nuevas ciudades en otros países o terre murate de Italia. Beresford es puntilloso en la separación, pero para Morris el concepto se extiende a las nuevas ciudades planificadas en Francia, Inglaterra y Gales, tanto por los franceses como por los ingleses, mientras que Morris llama nuevas ciudades a las que se fundaron sin un plano determinado, como las del Este de Europa.
Las bastidas se crearon en Francia en los siglos XII y XIII para defender a los franceses de sus vecinos belicosos, en la Aquitania los ingleses, quienes las imitaron para defenderse o controlar a los galeses en la frontera de Gales. Por influjo de este modelo o como invención propia para satisfacer necesidades locales se extendieron por toda Europa, en especial la frontera del Este contra los eslavos y por el Sur, en Italia, donde son conocidas como terre murate (Monteriggione, en Toscana) y sobre todo en España. Entre las francesas tenemos a Montauban (1144), Aigues Mortes (1264), Barcelonne du Gers, Beaument de Lomagne, Villeneuve sur-Lot, Montpazier (1284), Ste. Foy-la-Grande; entre las galesas tenemos a Flint (1277) y Caernarvon. Las únicas inglesas son Winchelsea y Hull (de gran éxito). Sus nombres muestran su origen: Ville-Roi, Ville-Franche, Ville-Neuve, Sauveterre, o el nombre del fundador (la italiana Manfredonia, por Manfredo), que pasaron a la toponimia. En España tenemos Villa Real, Villarreal, Villafranca, Villa Nueva.
A partir de un trazado militar regular derivaron de un modo regular o también orgánico hasta convertirse en ciudades, al gozar sus habitantes de lotes de tierras y franquicias ofrecidas por el rey para conseguir una repoblación, el suministro de productos a las guarniciones y apoyo para la defensa. Tienen poderosas murallas, con una iglesia al lado o en la plaza. Las plazas centrales suelen estar porticadas, con edificios públicos funcionales y las casas en derredor, de piedra para evitar los incendios, con cloacas improvisadas. En general tenían mejores condiciones de vida que las ciudades orgánicas.

Ciudades regulares en la Península Ibérica.
En España la Reconquista tuvo un doble efecto urbano.
- La sustitución de la población musulmana por la cristiana, de golpe o lentamente, con lo que se mantenían las ciudades anteriores y su tipología.
-La creación de nuevas ciudades, de fundación real, al modo de las bastidas francesas. La Mancha, Valencia, Andalucía..., están llenos de ejemplos, como Puente la Reina, Briviesca, Castellón, Villarreal, Bilbao, Bermeo, Puerto Real (en Cádiz), Santa Fe (en Granada). Su tipología es muy cercana a la de la bastida, con algunas variaciones locales, por causas históricas o geográficas.
En Mallorca destaca el rey Jaime II como un gran urbanizador gracia a sus Ordenaciones de Mallorca, del siglo XIII. El estudio de Gabriel Alomar, ha mostrado su edificación regular en módulos, la orientación en diagonal de las calles, la plaza a un lado y no en el centro, la carencia de murallas por ser una isla. Destacan Llucmajor, Felanitx, Petra, Sa Pobla...

La morfología urbana: la catedral, los monasterios, el palacio urbano y los conventos.
Las ciudades amuralladas sufrieron pocas modificaciones (Turín). Las catedrales medievales no estaban en el centro como vulgarmente se piensa, sino a un lado del núcleo urbano (Turín, Segovia), hasta que en el Barroco se procedió a construirlas en el centro. Las iglesias no estaban en el centro de la ciudad, entre otros motivos porque los cementerios en la época romana no estaban en el interior de las ciudades, así que las tumbas de los santos sobre las que se edificaban las iglesias se hallaban en el exterior. A menudo las murallas se hacían con simples criterios defensivos, uniendo los puntos más importantes con líneas y derribando los monumentos sobrantes para utilizarlos como material de construcción de las murallas y casas.
La italiana Turín tuvo su origen en un campamento militar romano con cuadrícula ortogonal, que se extendió después por todos lados, con un monasterio y unas murallas.
La francesa Tours es una importante ciudad romana que se encogió de un modo drástico en la Edad Media, aprovechando el anfiteatro (como en Périgueux) como parte de la muralla. La vida urbana se mantuvo gracias a que era la sede de un obispado, con su catedral, y por el monasterio de San Martín de Tours (una iglesia de peregrinación). Había dos polos de la vida ciudadana, el monasterio y la zona comercial, entre los cuales se establecieron las viviendas de la burguesía.
La francesa Reims es un caso muy parecido, con una gran reducción en época medieval y un crecimiento bipolar entre el mercado y el monasterio.
Londres es otra ciudad romana (situada en el lugar de la City actual), que se desarrolló entre esta y la abadía de Westminster.
La alemana Colonia es un caso distinto de crecimiento, con varios polos, debido a la presencia de 14 edificios religiosos (catedral, siete conventos de canónigos, tres femeninos y tres benedictinos) en y alrededor de la ciudad romana, por lo que se desarrolló en varias puntos y direcciones, con una amplia muralla (tanto que ningún ejército medieval atacante la podía abarcar, menos aún debido al río abierto) y luego se rellenaron con casas los huecos, formando un gran arco a lo largo del río Rin, sin necesidad de edificar fuera del recinto hasta 1882.
La también alemana Bonn es un caso complejo, por su origen como campamento romano (Bonna) sobre el rio Rin y su historia como importante centro religioso durante la Edad Media, en un entorno privilegiado (lo que explica que fuera seleccionada como capital de la República Federal Alemana).
La francesa Estrasburgo fue un campamento romano, donde se situaron la catedral y la residencia del obispo, con monasterios alrededor y un mercado de control obispal y otro mercado de control ciudadano. Hay pues una tensión entre dos polos, el obispal y el ciudadano, dentro de los límites de la ciudad, con las casas pegadas a las murallas.
La francesa Limoges es un caso de ciudad del siglo IV fundada en torno a una catedral de origen paleocristiano, con un suburbio pegado que da al río Vienne, ambos núcleos con sus murallas pegadas en parte. Luego Surge un apartado suburbio exterior en torno a la iglesia de San Marcial, que también cuanta con murallas, que se irán ampliando en los siglos X y XIII hasta unirse a los otros dos núcleos amurallados y formar un solo conjunto en el siglo XV.
La ciudad medieval es armónica, crece con una cierta lógica, con adecuación a la topografía, bajo la influencia de varios poderes: real, eclesial y burgués. Se desarrolla una división en barrios, cada uno de los cuales tiene conciencia propia de identidad.
Los conventos se parecen mucho a los monasterios por su estructura, pero son urbanos en su concepción, fundados por las Ordenes Mendicantes para desempeñar sus funciones espirituales en las pujantes ciudades medievales. Ante los conventos se dejan amplias plazas para ejercer su acción religiosa, sobre todo las procesiones y otras ceremonias públicas.
Hay una auténtica competencia entre los agustinos, dominicos y franciscano por establecerse en los mejores lugares de las mejores ciudades, creándose de un modo tácito polos en los extremos de las ciudades, equidistantes del centro. El mejor ejemplo es Siena, con los conventos de Santo Domenico, San Francesco y San Agostino, mientras que en el centro está el Duomo, la catedral del obispo. Este es el mismo caso de Bolonia, Cortona, Colmar y otras ciudades.
En Palma de Mallorca no se siguió este modelo, en parte por la estructura previa de ciudad islámica. Destacan sólo dos conventos, el de San Francisco con la plaza frontal para las procesiones y con su huerto posterior en la actual plaza del Cuadrado, mientras que el otro convento importante era el de Santo Domingo, hoy desaparecido.

La vivienda medieval.
Es difícil consensuar una tipología común de la vivienda medieval, porque hay un tipo en cada ciudad o en cada región. Hay pocos restos urbanos bien conservados y la mejor fuente son las representaciones artísticas, denotando una enorme diversidad, por lo que es más conocido el tipo de la casa romana que el de la medieval. En el Norte se tiende a la construcción en madera y en el Sur a la construcción en piedra y tenemos la ventaja de que las casas de piedra han durado más, resistiendo los incendios. El clima influye decisivamente, y así las casas de Ibiza son completamente distintas a las mallorquinas de Santanyí.
Las casas del patriciado urbano han llegado a nosotros, pudiéndonos dar una imagen general equivocada. Así vemos las casas torres de la aristocracia territorial y mercantil en la Toscana, las mansiones de los ricos burgueses franceses y alemanes, con su piso superior con porche y terraza y la planta baja para el comercio, con fachadas defensivas muy resistentes y bien talladas.
Hay algunos casos en ladrillo (Lombardía, Toulouse), por la abundancia de este material. Es frecuente la mampostería de baja calidad en las regiones de influjo islámico.

EL JARDÍN MEDIEVAL.
Abundaban los jardines pequeños en el interior de la ciudad y en las mismas casas, con una doble funcionalidad de albergar la vida privada cotidiana de las familias (siendo entonces muy ocultos) y del cultivo de los alimentos. Eran normales los huertos de las familias nobles y de los conventos. Es muy parecido al islámico, por ser un trasunto de la imagen del Paraíso, consagrado a la Virgen, con césped, setos de flores, pájaros y plantas exóticos.


UD FUENTES.
Internet.

Películas y series televisivas.
Los pilares de la tierra (2010). La construcción de una catedral gótica en el trasfondo de una historia de amores e intrigas. Adaptación de una novela de Ken Follett.

Documentales.
La arquitectura gótica. Documental didáctico con imágenes fijas y apuntes. 10 minutos. [https://www.youtube.com/watch?v=0TT4SDg2iVA]
Los gigantes del Gótico. Documental. 69 minutos. [https://www.youtube.com/watch?v=de00H43bMjs] La construcción de la iglesia de Saint-Denis y la catedral de Chartres.
Los secretos de las catedrales. Documental. 45 minutos.

Exposiciones.
*<Un alma común. Arquitectura siculo-aragonesa>. Siracusa. Palazzo Bellomo (enero 2015). 76 fotos de edificios que muestran la mutua influencia de la arquitectura gótica de Aragón y Sicilia.

Libros.
Borrás, Gonzalo M. El Arte Gótico. Colección Biblioteca Básica. Anaya. Madrid. 1990. 96 pp.
Bracons, José. Las claves del arte gótico. Cómo identificarlo. Planeta. Barcelona. 1991. 80 pp.
Chueca Goitia, F. Historia de la Arquitectura Occidental. Gótico en Europa. Dossat. Madrid. 1989. 456 pp.
Duby, Georges. La época de las catedrales. Arte y sociedad, 980-1420. Cátedra. Madrid. 1993 (1966-67, francés). 311 pp.
Durliat, Marcel. Introducción al arte medieval en Occidente. Cátedra. Madrid. 1985. 378 pp.
Erlande-Brandenburg, A. L'Art Gotique. Mazenod. Paris. 1983. 628 pp.
Focillon, Henri. Arte de Occidente. La Edad Media románica y gótica. Alianza. Madrid. 1988 (1938). 308 pp.
Gozzoli, Mª Cristina. Cómo reconocer el arte Gótico. Edunsa. Barcelona. 1993 (1978). 63 pp.
Karlinger, Hans. Historia del Arte Labor. Vol. 7. Arte Gótico. Labor. Barcelona. 1932. 840 pp.
Lambert, E. El arte gótico en España (siglos XII y XIII). Cátedra. Madrid. 1982. 300 pp.
Martindale, Andrew. El arte gótico. Destino. Barcelona. 1994 (1967). 287 pp.
Nieto Alcaide, V. La luz, símbolo y sistema visual (El espacio y la luz en el arte gótico y del Renacimiento). Cátedra. Madrid. 1981. 191 pp.
Pijoan, Joan. El arte gótico de la Europa Occidental. Siglos XIII, XIV y XVCol. Summa Artis XI, Espasa-Calpe. Madrid. 1966 (1944). 625 pp.
Ramírez, Juan Antonio (ed.). Historia del arte. La Edad Media. Alianza. Madrid. 1996. 404 pp.
Sureda, Joan. Historia Universal del Arte. Planeta. Barcelona. 1985. v. IV. La Edad Media. Románico/Gótico401 pp.
Torres Balbás, Leopoldo. Arquitectura GóticaColección Ars Hispaniae. Plus Ultra. Madrid. v. VII.1952. 402 pp.
Von Simson, Otto. La catedral góticaAlianza. Madrid. 1985 (1956). 322 pp.
Worringer, W. La esencia del estilo gótico. Nueva Visión. Buenos Aires. 1967 (1911). 142 pp.

Artículos. Orden cronológico.

Agencia (EFE). Arqueólogos israelíes hallan un hospital de la época de las Cruzadas. “El País” (5-VIII-2013). Los arqueólogos Renee Forestany y Amit Reem descubren en Jerusalén un hospital medieval para 2.000 pacientes, construido en estilo gótico por la Orden de San Juan del Hospital. Los arcos ojivales miden seis metros y los espacios son muy amplios. El edificio siguió siendo hospital bajo el dominio musulmán hasta que fue semidestruido por un terremoto en 1457 y a partir de entonces fue reutilizado como establo y finalmente como mercado hasta hace pocos años.

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